By: Paulina Salido, Brand and Communications Strategist
Entré a PYMO por casualidad. Una amiga trabajaba en la empresa y me había platicado ya de lo que hacían. Me parecía muy interesante –pues siempre me ha encantado el impacto social– pero nunca imaginé que terminaría trabajando con ell@s.
Esa misma amiga me dijo un día que había una vacante abierta para ser voluntaria del área de marketing –yo soy mercadóloga, y en ese entonces seguía estudiando y tenía que liberar mi servicio social–. Decidí aplicar sólo por curiosidad. La verdad es que en ese momento de mi vida no me interesaba trabajar y estaba muy enfocada en mis estudios.
Pasó un rato –ya hasta había olvidado mi aplicación– y un día (cabe recalcar que todo esto pasa en medio de la pandemia) me hablan de parte de PYMO: quieren entrevistarme, vía Zoom. La entrevista fue muy buena. Desde el principio sentí que las líderes de la empresa no eran cómo l@s demás allá afuera: tenían algo especial. Para no hacerles el cuento largo, quedé. Les gustó mi perfil y fue así que me convertí en voluntaria de PYMO, lo cual también significaba que iba a liberar mi servicio social.
Algo interesante es que en los primeros meses de mi voluntariado en PYMO tuve CERO contacto con mi equipo. De hecho, hasta la fecha (debido a que la situación de COVID sigue siendo una realidad, y es importante cuidarnos) he visto muy muy poco a mis teammates en persona; sin embargo, siento una conexión muy fuerte con ell@s y hasta hemos entablado una amistad muy bonita. Y a distancia. Esto habla del increíble espíritu y vibra que tiene PYMO. El ambiente laboral es espectacular: lleno de confianza, empatía, ayuda y paciencia. Desde el primer minuto te sientes acompañada; te capacitan, te enseñan, pero sobretodo, te dejan volar. Eso es algo que siempre he agradecido… No llevaba ni un mes en PYMO y ya me estaban dando responsabilidades que probablemente en una empresa más grande no me las hubieran dado ni al año. Eso equivale a una dosis de aprendizaje diaria y continua: todos los días estaba aprendiendo cosas nuevas, retándome y enfrentándome al mundo laboral (el cual era terreno desconocido para mí).
Una de las cosas que también hizo que hoy esté parada en el lugar que tengo en PYMO, es que fui una “todóloga” para el área de marketing; pues, al ser una startup, se tiene que resolver el día a día con los pocos recursos que se tienen. Yo era uno de esos recursos.
Ahí les van todos los roles que tomé en los primeros meses de mi voluntariado:
- Diseñadora
- Community
- Copywriter
- Estratega
- Analista de métricas
- Creadora de parrillas de contenido
- Editora de videos y material audiovisual
- Recursos humanos del área; sí. Hubo un punto en el que me dieron la tarea de entrevistar a los nuevos voluntarios que iban a entrar a marketing.
- ETC…
Pongo etcétera porque esta lista no abarca la cantidad de tareas y responsabilidades que tenía; incluso, cuando sólo era una voluntaria y seguía estudiando. En ese momento me parecía una verdadera locura todo lo que hacía en PYMO; hoy, me siento agradecida y muy honrada de pensar en cómo creyeron en mí desde el principio. Fefe, Co-founder de PYMO y líder de mi área en ese entonces, confió en mí, me enseñó, guió, y ayudó a convertirme en la profesional que hoy soy dentro de la empresa.
Con el paso del tiempo, el equipo de marketing dió la bienvenida a nuevas personas increíbles; también, le dijimos algunos adiós. Y así como el área iba creciendo, mis responsabilidades, compromiso, y amor por la empresa también. Para mí, PYMO ya no era sólo mi servicio social: PYMO se convirtió en una pasión; en mi motor. Mi trabajo de todos los días estaba teniendo un impacto en la vida de miles de personas y eso fue lo que me envolvió e hizo que aguantara con la carga de estar en la universidad, haciendo una tesis, trabajando en PYMO, y dándole seguimiento a mis proyectos personales. Eventualmente (y esto sigue emocionándome nada más de pensarlo) las founders me dieron la noticia de que querían que me quedara en PYMO: decidieron contratarme. Creo que no habían ni acabado de platicarme del puesto y yo ya tenía el “sí” en la boca; hasta ese momento no había identificado que se estaba cumpliendo un sueño para mí: trabajar en algo que me apasionara. Así fue que pasé de voluntaria, a ser parte del core team de la empresa; pasé de estar en PYMO para liberar mi servicio social, a trabajar, hacer mis prácticas profesionales, y ganar dinero de hacer impacto social; de ayudar. Yo no lo podía ni creer.
Podría pasarme horas escribiendo acerca de todo lo que ha sido mi experiencia en esta empresa, y de los miles de retos y aprendizajes en el camino: hemos sacado campañas en menos de una semana, conectado con empresas gigantescas, improvisado en medios y canales nuevos, y hasta hicimos una alianza con la embajada de Israel –no es broma, tuvimos la oportunidad de estar con el embajador y cambiar vidas juntos–. En resumen, ha sido una LO-CU-RA. Y, acompañado a todas estas aventuras, vino también mi crecimiento profesional; poco a poco mi rol dentro de PYMO y del área de marketing fue creciendo… Hoy, un año y pocos meses después, soy una de las líderes del equipo de marketing junto con Mar, una CRACK, y experta en estrategia, y junto con Fefe –que aunque nos dejó liderando el área, todavía se involucra en algunos asuntos porque es una GRAN marketera– (fun fact: ella es economista).
Con tooooda esta historia, quiero reflejar el ENORME crecimiento que se puede llegar a tener en una startup, en tan poco tiempo. Claro que ese crecimiento va de la mano de responsabilidad, esfuerzo y mucha paciencia, pero si lo dejas todo en la cancha y te apasionas por lo que haces, te prometo que tu historia puede ser muy parecida a la mía en empresas como PYMO.
Esto, más que ser un blogpost de mi experiencia en la empresa, es una carta de amor a PYMO. Es un recordatorio personal de que puedo lograrlo todo; sólo basta con creer en mí misma, y rodearme de personas increíbles que me ayuden a crecer profesional, pero sobre todo, personalmente: y eso es lo que han hecho cada uno de los seres humanos que son parte de esta empresa espectacular.
Gracias PYMO por este tiempo. Gracias por hacerme más fuerte, resiliente, y por enseñarme –en un año– todo lo que no creo que hubiera aprendido en cualquier otro lugar. Me gusta pensar que este es sólo el comienzo y que viene un camino muy muy largo juntos, lleno de más aventuras y retos.
Y a ti, que estás leyendo esto y que llegaste hasta aquí, gracias también. Ojalá que tu camino esté lleno de lleno de cosas increíbles y si aún no te encuentras, ten paciencia. Todo lo bueno en la vida toma tiempo. By the way, si quieres crecer, aprender y trabajar en un lugar increíble, PYMO puede ser tu lugar. Ve a la pestaña allá arriba que se llama “Careers” y dale una revisada a nuestras vacantes. En una de esas, en unos meses vas a ser tú el que esté escribiendo una historia como esta 🙂
Pau.